- El teléfono celular. Elige cuándo interrumpes tu labor... o los demás lo harán por ti. Utilice el “modo avión”.
- El multitasking. Hacer varias cosas a la vez nunca ha funcionado, porque el cerebro humano no está diseñado para concentrarse en más de una cosa. La atención es como un rayo láser, sólo puede apuntar a un lugar. Ten enfoque.
- Las interrupciones de amigos y familiares. Trabaja según un plan, en un lugar apropiado y cómodo que minimice las interrupciones. Utilice el cartel “no molestar”.
- La improvisación: trabajar sin un plan es una receta para el trabajo disperso, sin calidad. Tu trabajo debe obedecer a un plan. Un plan que puedes establecer desde el inicio de un proyecto o para el día a día. Como sea que desarrolles tu actividad, ten un plan.
- El desorden: una mesa desordenada, una habitación con cosas tiradas, papeles y objetos por todos lados… es reflejo de no tener foco.
- La falta de un horario definido. Para poder respetar un horario primero hay que tenerlo. Tener algo planificado por escrito dispara tus posibilidades de cumplirlo.
- Procrastinación. No hagas eso, dejar todo para luego. Diferir, aplazar...
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